Barbantia Roda 2012

 Lo sabía! Conociendo de antemano la dureza del recorrido de la Barbantia 2012 sabía que en algún momento diría lo de "quien coño me mandaría meter en esto!!!", si a mi en veranito lo que me gusta es descansar, desconectar de todo, tirarme en la playita y apuntarme a algún jolgorio nocturno.
La idea inicial era no participar en esta prueba, ya que no me apetecía pillar demasiado la bici en verano (salvo las  típicas salidas veraniegas de a la 1 en el bar, claro...;-)), pero al final la organización por parte de una peña amiga, que la prueba quedase al lado de casa y que se animasen varios miembros de nuestra peña, me llevó a realizar la inscripción.
Al final fuimos 5 representantes de nuestra peña, Pate, Brei, Matías, Moya y yo, con la baja de última hora de Nolo, que se encontraba en Santiago H.

A primera hora de la mañana nos dirigimos por carretera rumbo a Boiro y tras un rato de parloteo, de observar como la organización intentaba salir airosa de los problemas logísticos de última hora y de vivir la escenificación del desembarco vikingo, salimos a enfrentarnos al desafío de los montes barbanzanos.
El inicio de la prueba es muy llevadero, con unas pistas anchas de tierra en perfecto estado que permite ir soltando las patas. En esa zona decido ir a mi ritmillo, ya que no sabía muy bien en que condiciones me encontraba para la prueba y veo como se va alejando el grupo de cabeza entre los que se encontraba Pate y un grupo intermedio en el que se movía Matías.

Casi sin darte cuenta te encuentras con la primera subida del día, unas buenas rampas con algo de piedra suelta que van calentando las patas y que conectan con la pista de Runs. En esta zona se encontraban Amador y Luís con el quad siguiendo la prueba y animando a los bikers que pasaban por ese punto.

Tras el tramo de rodaje por Runs, desvío a la izquierda con la subida de Cubelo de tierra, para conectar posteriormente con la subida de Vitres. Esta zona vendría a dar una idea de las subidas que nos encontraríamos el resto de la prueba, mucha pendiente, terreno algo suelto y sin posibilidad de regular, por lo que a las primeras de cambio veo como las pulsaciones se me disparan, por lo que intento suavizar un poco la marcha, ya que veo que así no termino la prueba ni de coña.

En esta zona voy rodando con un grupillo de gente entre los que se encontraba un crack como Andrés Regueiro de Os Chans y tras pasar la trialera que se coge en Vitres y librarnos de la zona de Os Chans con sus trampas y regatos nos pusimos en el Alto de la Portela.

Vaya subidón en la Portela!!! Allí estaban el grupeto de Portela Mtb, con Fer, Alberto, Crecho, Fran y Aguilucho. Como dijo Matías: parecía que estabas en un Box de la Fórmula 1!!!! sólo les faltaba mirarte la presión a las ruedas!!!! venga a rellenarme el botellín con isotónica, el Camelbak de agua, que si barritas, que si fruta, que si fotos...Gracias compis!

Una vez avituallado, subida al Monte Barbanza por la "rampita" de los eólicos, bajada rápida pero en la que hay que poner todos los sentidos por la zona del camino viejo al Barbanza e inicio de la subida de los tábanos.
La subida de los tábanos no es de las que más me entusiasma hacer, ya que a la fuerte pendiente hay que sumarle el terreno roto que te va machacando el cuerpo, sobre todo en la parte final. En esta subida parloteo con un par de bikers, entre los que se encontraba Blas del club Vilalba-As Pontes, que se convertiría en mi compi de sufrimiento en gran parte de la ruta.

En esta subida empiezo a notar mejores sensaciones que al principio de la ruta, la subo a buen ritmo y el tramo de enlace con Lidón por los Chans y por el sendero se me hace bastante llevadero. En este punto se encontraba Roberto de Os Chans que nos comenta que estábamos rodando sobre el puesto 37-38 (joer, pensé que ibamos bastante más atrás!).

Tras la bajada de Lidón, en la que me llevo un buen susto en una zanja con piedra suelta, encaramos la subida de Casamea. En esta zona las patas me van bastante bien, así que voy de machote y me lanzo a subir la rampa inicial sin desmontar, pero una ojeada de refilón al pulsómetro me hace cambiar de idea. La marcha es muy larga, mi estado físico no está para muchas alegrías y estar a más de 180 pulsaciones en esta zona no me puede dar más que disgustos. Así que pie a tierra en la rampa inicial, subida a ritmillo en el resto de la subida (muy wapa la zona de las raíces...), parada técnica en el avituallamiento a aprovisionarme de bebida e isotónica (se agradecieron los bidones de Maxim...) y refrescarme un poco con los exquisitos trozos de sandía que nos ofreció la organización a lo largo de la marcha (manjar de dioses en un día caluroso como el que tuvimos!).

Una vez recargadas las pilas de nuevo nos dirigimos al tramo de la Balconada, como se disfruta esa zona si no tienes viento en contra!! pista rodadora en muy buen estado y salvo un par de repechos, siempre tirando hacia abajo. Además, a pesar de ser de la zona, siguen impresionándome las vistas en un día despejado como el que tuvimos. Espectaculares!
La pena en esta zona fue no encontrar una "rueda amiga" ya que aunque iba a buen ritmo, veía como la gente que iba en grupillos a relevos se me iba escapando, pero bueno, no tardamos en volver a encontrarnos en la subida del Graiade.

La rampa inicial del Graiade, a pesar de tener bastante pendiente, se sube sin problemas al tener el firme en muy buen estado, pero la rampita final ya son palabras mayores en una prueba de esta distancia. Así que pie a tierra, charlita con los compis y a entrenar gemelos.
La bajada del Graiade tiene tela, bastante jodida e imposible aprovechar para descansar, así que cuando llegas al tramo de enlace previo a la subida de Enxerto ya llevas el cuerpo calentito. La subida de Enxerto jodida, pendiente, terreno suelto, no sopla ni una brisa, un calor de cojones y todo eso sumado a lo que llevas encima hace que cuando llegas a la subida del Curro tus fuerzas comiencen a flaquear.
Después de la trampa de la subida de Enxerto la subida del curro hasta se agradece, una pendiente suave en un terreno bastante rodador que te permite regular un poco y hacer algún estiramiento para relajar un poco la espalda, cuello, alma...

En la zona del Curro estaba el siguiente avituallamiento, allí están los voluntarios desviviéndose por llenarme el botellín, el Camelbak y ofrecerme algo de comida, cuando intuyo, oculto en la sombra que produce el toldo de la organización, un rostro que me es conocido:
-Coño Matías! A qué andas ahí camuflado?
-Nada estou á sombra comendo un bocata de chourizo que xa é a hora da comida.
Partimos juntos hacia el vertiginoso descenso de la Matahomes, y tras sufrir los repechos de la subida al Mirador Valle Inclán y de realizar la bajada de la cantera nos pusimos en la zona de las pistas paralelas a la Autovía.
En la zona de la Autovía nos llevamos un par de sustos con alguna zona de gravilla suelta y con la alcantarilla y tras salir ilesos nos plantamos en la zona de la Casa Rural de Entreríos dispuestos a sobrevivir al último gran desafío vertical del día: La subida del campo de fútbol de San Isidro.

La subida comienza ya en la zona del regato, con un sendero con unas pendientes que te cargan las piernas y te disparan el pulsómetro (en esta zona la mayoría la subimos a patas), continúa con la rampita del depósito y cuando llegas a la famosa rampa del campo de fútbol de San Isidro, el cuerpo ya está diciendo basta. Y vaya si decía basta! Vaya espectáculo más dantesco ver a los bikers en esta subida. Ibamos todos muertos! Kms. acumulados, un calor asfixiante a las 3 de la tarde, ni un soplo de aire...¡¡¡Quien coño me mandaría meter a mi en esto!!!

Matías se queda en el inicio de la subida a refrescarse un poco en una zona de sombra y yo decido subir como puedo, el rampón inicial tirando de la bici, al igual que el resto de bikers y el resto de la subida arrastrándome de mala manera, en esta zona iba ultra tocado, el sol me estaba machacando, estaba mareado e incluso tenía ganas de potar. En algún punto me planteé mandar todo a tomar por culo, tirarme en el suelo y capear el temporal, pero la verdad es que me dieron la vida Elisardo, quien se había incorporado a la marcha tras cumplir su labor como voluntario y consiguió hacerme olvidar un poco el cansancio con la conversación que me iba dando y Blas, quien me animó en el tramo final de la subida.

Qué alegría cuando por fin coronamos la subida! Parecía que no iba a llegar nunca! Además con avituallamiento en la Portela, en el que Byron  y el resto de voluntarios me trataron a cuerpo de rey, rellenándome el botellín con isotónica fresquita y ofreciéndome los trozos de la sandía más rica y refrescante que he probado en mi vida.
Una vez vuelto a la vida, bajada rápida por la Portela (en la que recibí el apoyo entusiasta del Furón...) y el Ponte das Taras, quema de las últimas fuerzas en el tramo final y entrada triunfal en meta en el puesto 21 tras un sorprendente tiempo de 6 horas y 18 minutos.

Del resto de la representación de la peña, Matías entró prácticamente conmigo, Pate tuvo que abandonar por problemas en el buje, Moya nos impresionó a todos como finisher en la primera ruta larga de su carrera como biker y el Maestro decidió no mostrar sus cartas en esta edición, confiando en que los próximos años el cambio climático consiga que la comarca tenga un clima desértico que le permita exhibir todo su potencial.

A modo de conclusión decir que la ruta es un auténtico rutón, con subidas matadoras, zonas rodadoras, bajadas vertiginosas, alguna zona más técnica, unas vistas espectaculares, muy poco asfalto y un auténtico reto personal, por lo que animo a Os Chans do Barbanza a comenzar a trabajar en la edición del 2013, para intentar convertir a la Barbantia en un referente en años venideros y así tener una auténtica fiesta del Mountain Bike al ladito de casa.