101 KM. PEREGRINOS 2011

 Portela Mtb ha superado un nuevo desafío y vaya desafío!, ya que la II edición de los 101 Km. Peregrinos en el Bierzo (Ponferrada) ha sido una prueba de fuego para los miembros de la peña que acudieron a la marcha.

Las gestiones de la directiva del club dieron sus frutos y el viernes por la tarde los 3 inconscientes que decidieron aceptar el reto, partieron  en el vehículo cedido desinteresadamente para la ocasión por construcciones Raysam Barbanza. Desde aquí darle las gracias al responsable de la empresa, ya que nos vino de vicio, sin olvidarnos también el agradecimiento al taller de Biciocon de Vigo por prestarle una rueda a Pas para que pudiese acudir a la prueba.

El viaje comenzó liado, ya que los planes se torcieron a las primeras de cambio. Pas venía de Vigo y habíamos pensado dejar su coche el fin de semana en el peaje de Padrón e irnos los 3 en la furgalla, pero los simpáticos de Audasa han puesto una señal de prohibido estacionar que hizo que nuestros bikers tuvieran que tirar de todo su ingenio, decidiendo dejar el coche en el área de servicio que está antes de Santiago de Compostela, hecho que como veréis al final de la historia, les daría algún que otro quebradero de cabeza.

El viaje al Bierzo es un auténtico paseo, 3 horitas se hacen muy llevaderas, nada que ver con el matador desplazamiento al Soplao, así que sin ninguna incidencia reseñable, nuestros bikers se fueron directos a Ponferrada a recoger los dorsales.
La verdad es que a nivel organizativo no hemos encontrado apenas problemas, la recogida de dorsales muy rápida y sin colas. Como ya habíamos llegado tarde para la "cena de pasta" que ofrece la organización, decidimos acercarnos a un impresionante Centro Comercial que queda justo al lado del complejo deportivo donde se recogen los dorsales para pegarnos un homenaje gastronómico.

Después de inspeccionar la zona encontramos el sito perfecto para estos menesteres, un restaurante llamado "Muerde la pasta", en el que por 13 euros tienes un buffet libre con diferentes tipos de pasta, ensaladas, postres... con lo que la enchenta está asegurada. En este punto destacar el saque que tiene Matías, no sabemos donde lo mete, pero no daba abasto con tanto plato, que si lasaña, que si pizza, que si macarrones, que si helados, que si "rejilla"...El dueño del local sudaba a lo lejos al verlo en plena acción, incluso se planteaba cerrar el local el fin de semana por si se le ocurría volver a aparecer por allí.

Una vez saciado nuestro apetito para varios días, pusimos rumbo a la casa rural Cornatel-Médulas donde teníamos nuestra base de operaciones. Eran las 12 de la noche y la Casa Rural quedaba en Borrenes un pueblecillo a unos 10 minutos de Ponferrada, por lo que llamamos al dueño de la Casa y le dijimos que no se preocupase por nosotros que no tardaríamos en llegar, ya que teníamos el infalible GPS de Fran y no nos hacían falta las indicaciones que amablemente se ofreció a darnos el propietario. Después de una media hora de andar con la furgalla por aldeas con badenes traicioneros, montañas varias, de terminar en un camino sin salida y de preguntar a los lugareños, decidimos tragarnos nuestro orgullo y pegarle una llamada al dueño, quien tras confirmarnos que nos habíamos perdido nos dio unas sencillas indicaciones que nos permitieron llegar a la casa sin problemas.

La verdad es que la elección de la casa rural fue un gran acierto, ya que estaba en un sitio muy tranquilo, todo muy nuevo, buen precio y destacar el increíble trato del propietario, quien estuvo pendiente de nosotros en todo momento, ofreciéndonos un montón de consejos, asustándonos "un poco" al contarnos su experiencia en la I edición como voluntario, e incluso nos dio su número de teléfono para que lo llamásemos si teníamos algún problema durante la prueba para irnos a buscar con su 4x4.

Después de una noche en la que los nervios impidieron que durmiésemos todo lo bien que desearíamos (los inapreciables ronquidos de Pas apenas influyeron, más bien era una respiración profunda...) y de pegarnos un buen atracón en el desayuno de la casa rural, nos dirigimos rumbo a Ponferrada para enfrentarnos a la dura jornada que nos esperaba.

El día parecía que iba a acompañar, con una temperatura ideal y sin lluvia, lo que animaba a los Bikers que esperaban la salida en el Toralín. A las 10 de la mañana con una puntualidad británica se dio lugar a la salida neutralizada por las calles de Ponferrada.

Una vez que la prueba se lanzó, nuestros 3 bikers decidieron meterle un poco de caña por las pistas rodadoras iniciales para ganar algunas posiciones y evitar quedar atrapados en algún tapón, lo que hizo que Matías quedase bastante atrás debido, por una parte a la incapacidad de adelantar por el bloqueo de algún grupo de bikers y por otra a sus 3 pérdidas en esta parte inicial del recorrido, a pesar de estar perfectamente señalizado.

Los primeros 30 Km. fueron un auténtico paseo, con pistas en muy buen estado, sin barro y sin apenas cuestas. En este punto fue impresionante la cantidad de gente que vimos caer en un riachuelo con musgo, a pesar de la advertencia previa a la salida por parte de la organización y de que antes de la trampa una niña se dejaba la vida advirtiendo a los bikers al grito de "NO OS METAIS POR EL AGUA!!!!!", al final todos los que se saltaban la advertencia acababan deslizándose a lo largo del riachuelo al más puro estilo Aquapark.

A partir del Km. 30 la cosa se puso más seria, ya que tuvimos que encarar una subida con una pendiente infernal y algo de barro que hizo que empezáramos a calentar las patas empujando la bici, rompiéndonos por completo el ritmo, para después continuar con la subida de Yeres y la subida al alto de la Braña, una subida larga, al estilo de las del Soplao que hizo que nuestras espaldas empezaran a resentirse.

En el avituallamiento del Km. 50 nuestro grupeto se reunificó con la aparición de Matías y a partir de este punto, en el que una débil lluvia hizo acto de aparición, el recorrido se convirtió en un infierno, totalmente embarrado, con un barro pegajoso que hizo que la marcha se convirtiese en una prueba de supervivencia.
Los km. del 50 al 80 fueron un auténtico infierno, en las subidas las ruedas te patinaban y no podías subir las cuestas montado, en las zonas llanas había tanto barro que las ruedas no te giraban, en las bajadas te la jugabas con sustos continuos, la cadena se te atascaba y tenías que parar a engrasarla cada poco tiempo, de forma que las roturas de patillas de cambios y las caídas fueron una constante en estos Km.

En esta zona la adaptación de Fran fue increíble, está fortísimo (aunque hay dopping...), podría llegar 1 hora antes si no se parara a esperar a Pas y a Matías. Matías impresionante en las subidas técnicas, de los pocos que subía muchas de las cuestas montado, lo malo es que el barro fue haciendo poco a poco mella en él y consiguió desquiciarlo en algunos momentos, con caída incluida, aunque hay que recordar el mérito que tiene, ya que es la primera vez que pasa de los 50 Km. en una ruta.

Lo de Pas y el barro es caso aparte, vamos a pensar que tenía la rueda de atrás bastante gastada, pero hemos visto competiciones de patinaje sobre hielo en las que se deslizaban menos que él. Aún no nos podemos explicar como no se cayó ni una sola vez después de rozar el vuelo sin motor unas 30 veces y pegarse un par de rectos en los que se mascó la tragedia y que retransmitía en directo: Me voy!!! Me voy!!!. La organización incluso quería darle un diploma de Duatlón, ya que con los Km. que hizo a patas, seguro que cumplía los requisitos...

Destacar que en los 101 Peregrinos no está el animador del cencerro del Soplao, pero tiene un sucedáneo que está a un muy buen nivel, "el señor de la machada". No os podéis imaginar como consigue animar el ritmo del grupeto un tío con cara de psicópata con un hacha en la mano que te dice: "Venga para arriba!!!".

En esta zona de barro se produjo un hecho extraordinario, la transformación espontánea de Pas en una mezcla de Terminator y Soldado Universal, ya que el cristal derecho de sus gafas desapareció como por arte de magia, sin que el propio Pas se percatara hasta que varios de los integrantes de la marcha se lo advirtieron, al parecer su ojo sufrió un proceso de adaptación al barro que le hizo no notar la diferencia entre llevar cristales amarillos o llevar el ojo con lentilla al aire, e incluso su metabolismo sufrió una transformación general que le permitió deshacerse del botellín de bebida isotónica en mitad de la ruta.

A pesar del barro, de las incidencias varias y de una pérdida que les hizo alejarse durante un buen tramo de la ruta correcta (fue por despiste, ya que posteriormente comprobamos que estaba perfectamente señalizada...), nuestros bikers aún se encontraban con bastantes fuerzas y le metieron cañita en los 20 Km. finales, llegando a meta con un tiempo de alrededor de 7 horas 50 minutos, aunque tras una ruta como esta el tiempo es lo de menos, ya que estábamos eufóricos tras haber terminado los tres y por encima sin sufrir accidentes de importancia.

Analizando en frío la ruta decir que es impresionante, muy bonita (algunas zonas y senderos son espectaculares y que decir las vistas de las Médulas y del Castillo...) pero muy pero que muy dura, con subidas menos largas que las del Soplao pero mucho más rompepiernas, con zonas de más pendiente y sin apenas respiro. Con respecto a la organización no hemos tenido queja ninguna, todo muy bien señalizado, los avituallamientos estaban bien y además cada pocos Km. Los únicos peros sería poner más mangueras, ya que nos congelamos después de estar cerca de una hora esperando para pasarle un agua a la bici y un poco más de atención mecánica, al estilo del Soplao, sabiendo en qué puntos Km. tienes asistencia y gente con algo de aceite y un poco de idea de mecánica básica que se desplace en moto o quad por la prueba. Está claro que el Soplao nos ha convertido en unos niños mimados y ahora cualquier marcha de este tipo carga con el pesado lastre de las comparaciones...

Los voluntarios me parecieron una pasada, muy agradables, atentos, dándote ánimos en todo momento y con un montón de ganas, desde el niño del avituallamiento del mirador de Orellán que se dejaba la vida ofreciendo Aquarius o fruta, hasta gente bastante mayor que se desvivía por echarte una mano en todo lo que pudiesen.
La gente de los pueblos animando en todo momento (sobre todo los pueblos de postal que atraviesa la ruta, ya que en Ponferrada apenas se notaba ambientillo)  y aunque no había tanta gente como en el Soplao, la que había no paraba de aplaudirte y darte ánimos.

Una vez lavadas las bicis y de que Matías convirtiese las calles de Ponferrada en un vestuario improvisado en el que mostrarse como Dios lo trajo al mundo sin ningún pudor, ante la atenta y lujuriosa mirada de un señor que no dejó pasar la oportunidad de acercarse a contemplar la escena, nos fuimos hasta la casa rural a pegarnos una duchas para posteriormente volver con calma a Ponferrada a recoger los diplomas, medallas y camisetas de finalistas y pegarnos un buen atracón en el Centro Comercial. Estábamos tan hambrientos que en poco tiempo cada uno dio cuenta de un plato combinado, un súper bocata y como postre un pedazo helado del Mac Donalds, con lo que nos fuimos para cama con los estómagos bien servidos.

 Al día siguiente, después de vaciar la despensa de la casa rural con el pedazo desayuno que nos pegamos y de probar el orujo casero de las botellitas que nos regaló el propietario, decidimos hacer un poco de turisteo, por lo que nos acercamos hasta el Mirador de Orellán para admirar el impresionante paisaje de las Médulas y sacar las fotitos de rigor con nuestras camisetas de finalistas.

Menudo trabajo pasaron los romanos para hacer semejantes excavaciones para la extracción del oro! Con lo fácil que habría sido organizar una marcha de Mtb en la zona y dejar que los bikers se llevaran el barro para casa...

Una vez disfrutado de las vistas iniciamos el camino de regreso, la verdad es que muy tranquilo y sin incidencias, con una parada a comer muy bien planificada por Fran a la hora de Moto GP, en la que pudimos ver que Matías es un pozo sin fondo, ya que menudo atracón de callos se pegó!!!

En el Área de Servicio de Santiago hicimos el trasvase de la bici de Pas al coche y nos encontramos con un pequeño problema logístico, ya que nos dimos cuenta de que no está pensado para que cazurros como nosotros realicen un cambio de sentido en la Autopista, aunque pronto Matías encontró la solución, sacando un par de cadenas y unos pivotes e intentando pasar desapercibido de la observación de las cámaras de vigilancia: problema resuelto! Pas aún se está temiendo que el final de la historia se materialice en forma de carta certificada de Tráfico...
Cuatro días después de finalizar la marcha podemos decir que aún la tenemos presente y no estamos hablando en sentido metafórico, ya que después de pegarle un lavado minucioso a la bici sigue teniendo barro, la cadena y la trasmisión están para el arrastre, la ropa aún está marrón después de un pre-lavado y de su paso por la lavadora y los restos de tierra todavía se dejan ver en el coche.

La verdad es que ha sido un muy buena aventura, nos lo hemos pasado de vicio, aunque una pena que no fuera en un terreno en mejores condiciones, ya que el exceso de barro nos superó por momentos y seguramente sea lo único que nos consiga echar para atrás a la hora de repetir la experiencia.

Más Fotos
Video de nuestra llegada (Fran y Pas en los primeros segundos, Matías sobre el 40)
Track de la ruta

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